El TDAH es un problema con
características clínicas variadas que se presentan en diversos momentos de la
niñez y rara vez ocurre por primera
ocasión en la adolescencia. Prácticamente nunca se presenta clínicamente en la edad adulta sin que hayan existido síntomas
previamente. Sus síntomas pueden presentarse de
manera simultánea o de forma sucesiva, su intensidad es variable y se
consideran formas leves, moderadas o severas, aunque existe
homogeneidad entre los síntomas
pudiendo ser en cada caso un síntoma el que prevalece.
Se estima que la mitad de los niños
con TDAH padecen simultáneamente de otro problema de salud mental; a esto se le
llama comorbilidad. Esta condición aumenta con la edad y los síntomas de estos
otros trastornos pueden volverse
preponderantes e incluso opacar los originales.
También su presencia depende del género pues
algunos son más frecuentes en varones.
Trastornos de conducta.
Prácticamente la mitad de los niños
con TDAH satisfacen los criterios necesarios para el trastornos de conducta
(TC), ya sea trastorno oposicionista desafiante (TOD) o trastorno disocial
(TD). Un niño menor de 12 años con TC cumplirá casi siempre los criterios de TDA.
El TOD constituye un motivo de preocupación pronóstica y ciertamente hace más difícil
el manejo del paciente. Los TC, son sin duda, la comorbilidad con un peor
pronóstico; si se examina a un grupo de adolescentes con TC, poco más de un
tercio tiene TDA. Estas personas con TDAH-TC presentan un subtipo familiar bien
definido, tienen más parientes con enfermedades mentales y su posibilidad de
presentar conductas delictivas y
abusos de sustancias ilícitas es
mayor. Es muy importante realizar un preciso diagnóstico de estas condiciones.
Depresión
La frecuencia con que se presenta
esta alteración como una comorbilidad del TDAH varía de manera muy
significativa en diversos estudios. Esto se debe probablemente a que su
diagnóstico es difícil, dadas las circunstancias sociales y educativas que
rodean a los niños con TDAH.
De hecho se encuentra una
variabilidad en su frecuencia que va desde el 3% al 75%, aun cuando la mayor
parte de los estudios la sitúan alrededor del 25%. Es muy importante
diferenciar entre depresión como una entidad nosológica bien definida y disminución
de la autoestima, tristeza o desencanto por el fracaso, como se ve en muchas personas
con TDAH. Un dato que contribuye es la presencia de depresión en otros miembros
de la familia.
Ansiedad
El trastorno de ansiedad puede verse
de un 25% a un 30% de los niños con TDAH contra sólo el 5% al 15% de aquellos
que no lo tienen. Los niños con esta comorbilidad muestran síntomas de TDAH un
poco después que los que no la padecen y estudios familiares indican que ambos
trastornos se heredan de manera independiente; de acuerdo con esta hipótesis,
hay más familiares con ansiedad entre los TDAH-ansiedad. Esta comorbilidad
impacta la vida social y académica de los pacientes. En el proceso de
diagnóstico hay que considerar la opinión de los niños puesto que su
apreciación es más precisa que si se toma en cuenta únicamente la opinión de
los padres.
Trastorno de
Aprendizaje
La metodología aplicada para identificar
trastornos de aprendizaje (TA) varía notablemente y como consecuencia hay
investigaciones en donde se describe de un 40% a un 60% de niños con TDA que
tienen comorbilidad con TA.
Algunas investigaciones con criterios
más rígidos indican que entre el 20% y el 30% de niños con TDA tienen
dificultades en el aprendizaje de la lecto-escritura o de las matemáticas. Hay
que considerar que en algunos casos el TA puede ser consecuencia del TDAH
puesto que una larga historia de inatención puede condicionar una disminución
de los logros alcanzados. Existe también un fuerte componente genético en los
casos de TA, pero parece claro que ambos
trastornos se heredan de manera independiente.
Conviene seleccionar bien los casos
de TA que serán estudiados psicopedagógicamente puesto que los recursos no son
suficientes para estudiar de esta forma a todos los niños con TDAH, como sería
deseable.
Trastorno Bipolar
Existe controversia en cuanto a la
comorbilidad de este severo trastorno, las dificultades se originan en diversas
áreas pero una de las más importantes es el grupo de pacientes del que se tome
la muestra. Mientras en niños estudiados en la consulta externa la prevalencia
es baja, si se toman niños con severos trastornos y están hospitalizados, la
prevalencia de chicos con TDAH es alta. Igualmente la presentación clínica en
los niños puede variar comparada con la de los adultos.
En cualquier caso, la combinación de
TDAH con trastorno bipolar es grave y estos niños tienden a tener un pronóstico
más severo que los niños con TDAH únicamente. La irritabilidad, agresión y cambios severos de estado de ánimo (que
pueden ser muy rápidos) hacen que el manejo sea complejo.
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